Por fin te has decidido a bajar de peso. Es una sabia decisión, pero quizás tengas que cambiar tus hábitos alimenticios. Existen algunos trucos que permiten sentirse un poco más saciado, sin comer necesariamente tres platos de pasta con queso o dos trozos de pastel de queso con chocolate. Un buen consejo es, por ejemplo, mezclar los colores en el plato. Así, en el caso de una bonita ensalada de régimen, podemos añadirle inteligentemente pimiento rojo y anaranjado, tomate, rábanos, canónigos verdes, remolachas moradas, algunos granos de maíz amarillo, un poco de salmón salvaje rosado. El cerebro, a la vista de todos estos colores, registra que el plato es especialmente nutritivo. La sensación de saciedad será máxima, con un aporte calórico controlado. Lo mismo ocurre con una buena dorada asada a la barbacoa y unos trozos de tomate y cebolla. Es un plato sabroso, bonito, impresionante y sigue siendo sano.
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